lunes, 29 de agosto de 2011

QUESOS Y VINOS


QUESOS Y VINOS

Siempre queda bien en una reunión de amigos o en alguna celebración especial preparar una mesa de quesos y por supuestos estos deben ser acompañados de vinos.
¿Cómo saber cual es el adecuado para cada ocasión?
Aquí te ayudamos a saberlo.

En primer lugar te queremos contar la forma de servir los quesos y los vino para que puedan ser disfrutadas en todo su esplendor.
Los quesos se sirven de diferente manera según el país o región en que nos encontremos:
Los franceses lo sirven después del plato principal y antes del postre. Los países escandinavos durante el desayuno. En Portugal igual que en la mayoría de América se sirven antes de las comidas como aperitivo. Italia también tiene la misma costumbre pero solo que lo hacen acompañados de frutas. En España los quesos son más fuertes en su aroma y gusto y se acompañan con pan.
Los vinos son aconsejables servirlos de la siguiente manera:
Vinos blancos y rosados: servirlos fríos.
Vinos secos: servirlos a temperatura de entre 5 – 7 grados
Vinos dulces: servirlos a una temperatura de 4 a 5 grados.
Vinos espumosos, champaña y el cava: se aconseja servirlos casi helados (se recomida colocarlos en hielo y no en el congelador).
Vinos tintos: a temperatura ambiente.
Vinos tintos con más cuerpo: se recomienda servirlo a 22 º.

Recordar siempre que las botellas no deben ser agitadas y que existen en el mercado un tipo de copa diferente para cada tipo de bebida.
Dada la extraordinaria gama de quesos y de vinos, la relación entre ambos se presta a múltiples y bien casadas combinaciones, algunos gastrónomos sostienen que el principio básico es que, a mayor sabor del queso corresponde un vino más joven y viceversa, a mayor suavidad y delicadeza del sabor del queso, un vino más noble.

Los quesos azules: van acompañados de vinos de dulzor natural (Oporto, Pedro Ximénes vino de cosecha tardía).
Quesos cremosos: (mozzarela) Acompañarlos con un tinto suave o blanco de buena acidez o rosado liviano (Penedés o Cigales).
Quesos duros: se acompañan con vinos blancos de buena acidez (Chardonnay con madera) o tintos de buen cuerpo (Cabernet Sauvignon o Malbec).
Quesos muy grasos y untables: vinos con cuerpo (Cabernet Sauvignon, Malbec, Syrah, Rioja Empordá).
Queso de cabra: requieren vinos blancos de carácter o espumantes con cuerpo (
Penedés, cavas o finos de Jerez).

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